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Foto del escritorJimena Cardenas

Equilibrio entre la propuesta arquitectónica y la comprensión del problema programático

Reflexión basada en el libro de Venturi "Complejidad y contradicción en la arquitectura", Capítulo: Complejidad y contradicción Vs. simplificación o pintoresquismo.


Casa Vanna Venturi, diseñada por Robert Venturi 1964

La primera edición de este libro fue publicada en 1966; hoy, a más de 50 años de su publicación, los argumentos expuestos no pierden vigencia. El contexto en el que este manifiesto fue escrito fue el siguiente: Estados Unidos, época del Pop art, época de la arquitectura de la post-guerra y del minimalismo. Una época claramente llena de contrastes: por una parte el Pop –art, la estética de la vida cotidiana, los objetos mundanos; y por la otra, el minimalismo, las formas puras, el cristal y las nuevas tecnologías, el despoje de todo exceso y la reducción a lo estrictamente necesario.

Quizás, por este motivo, a partir de su 2da edición (1977), Venturi agrega en el prefacio lo siguiente:

"Creo que este libro podría leerse hoy por sus teorías generales sobre la forma arquitectónica, pero también como un documento particular de su tiempo, más histórico que tópico".[1]

Y es que este libro no solo sirvió para cuestionar -para siempre- el juicio con el cual se valoraba y se valora la arquitectura en relación a la vida cotidiana, sino que sus argumentos fueron adoptados por el movimiento postmoderno. Venturi abre las puertas al debate.


En los 60’s, al igual que hoy en día, estamos en una era de ambigüedad, hay muchas maneras de hacer una buena arquitectura, por lo tanto, también hay muchas maneras de hacerlo mal, de cometer errores. Venturi expresa su gusto por la arquitectura compleja, la riqueza y la ambigüedad de la experiencia moderna: "Los arquitectos ya no pueden permitirse ser intimidados por el lenguaje puritano moral de la arquitectura moderna ortodoxa".[2] Venturi prefiere el hibrido, prefiere el “ ambos-y” a el “cualquiera – o”.

 

LESS IS MORE (menos es más)

 

Quizás una de las frases mas reconocidas de la arquitectura moderna, el lema de Mies Van der Rohe, y del minimalismo… esta frase lamenta la complejidad (sobre todo en ornamento) y justifica la exclusión con fines expresivos, pero Venturi nos hace cuestionar que tal vez y también es selectiva sobre que problemas resolver. “Los exquisitos pabellones de Mies han tenido implicaciones valiosas para la arquitectura, pero su selectividad de contenido y lenguaje es tanto su limitación como su fortaleza";[3] y esto se debe a que los pabellones ignoran la complejidad de la vida domestica, transformando el exceso de complejidad en arquitectura poco habitable.“Mies, por ejemplo hace edificios maravillosos, ya que ignora muchos de los aspectos del edificio. Si el resolviera más problemas, sus edificios serian mucho menos potentes”. [4]


¿Qué tato se puede simplificar el habitar? Siendo el ser humano tan complejo en sus costumbres, en sus motivaciones, siendo tan complejo y diferente en cada realidad: geográfica, social, cultural, etc.

Lo que al principio parecía un lema liberador de estilo, terminó convirtiéndose en una gran limitante, “degeneró gradualmente a medida que el mantra liberador (less is more) se convertía en hambre en la imaginación, convirtiendo la libertad de estilo en una camisa de fuerza estilística propia. El resultado es la repetición incesante de cajas idénticas anónimas que dominan vastas áreas de la ciudad contemporánea.” [5]
 

LESS IS A BORE (menos es aburrido)

 

“Blatant simplications means bland architecture. Less is a bore” Venturi (1966)

(Simplificaciones flagrantes significa arquitectura insípida. Menos es aburrido)


Tanto en “Complejidad y Contradicción en la arquitectura” como en “Aprendiendo de las Vegas”, Venturi exponía su oposición (su aburrimiento) sobre el exceso de simplificación del modernismo, tanto en estética como en funcionalidad, y nos invita a reconsiderar el ornamento a través de símbolos y señales en la arquitectura.


 

MORE IS NOT LESS (más no es menos)

 

“it -architecture- must embody the difficult unit of inclusion rather than the easy unit of exclusion. More is not less”. Venturi (1966)

(debe -la arquitectura- encarnar la difícil unidad de inclusión, antes que la fácil unidad de exclusión. Más no es menos)


Los arquitectos modernos ortodoxos han idealizado la simplificación, han reconocido los elementos arquitectónicos, y la composición, y posteriormente (acaso tardíamente?) comenzaron a considerar las yuxtaposiciones. Le Corbusier siempre habló de grandes formas primarias, dijo que son distintas y sin ambigüedad[6], pero, en ese entonces, y hasta hoy en día la gente está comenzando comprender la complejidad de la vida humana, el cambio del programa arquitectónico; "El equilibrio debe crearse a partir de los opuestos".


En el texto se muestra al Templo Dórico como ejemplo de balance entre aparente simplicidad, pero real complejidad. La complejidad no niega la simplificación, lo cual es parte del proceso de análisis; pero cuando es hecha de una manera no-objetiva es que resulta sobresimplificada, desabrida. Y la complejidad no es pintoresquismo ni expresionismo subjetivo. Las formas intrincadas no reflejan programas genuinamente complejos.


Entender la complejidad de los programas de los edificios de hoy no es una tarea fácil, tampoco la forma de hacer arquitectura es sencilla. Venturi dice que las racionalizaciones para las simplificaciones siguen siendo vigentes, pero que tal vez solo sean una expansión de Mies Van der Rohe "menos es más", en todo caso se debe ser cuidadoso para no caer en la trampa.


La gran pregunta a responder es: ¿qué problemas resolvemos al hacer arquitectura? ¿En que punto la simplificación y la complejidad se deben encontrar?.Entonces, antes de continuar voy a definir, de manera compendiada (y tal vez interpretativa), los conceptos expuestos en este capítulo:


• Complejidad: inherente en la arquitectura debido al programa arquitectónico, su contexto y la naturaleza de la actividad humana dentro de un edificio.

• Contradicción: aunque la arquitectura moderna intentó resolver y comprender la vida y la actividad humanas, tal vez debido a su enamoramiento con la pureza de la forma, simplificó en exceso el programa.

• Simplificación: Pues se deben comprender y ordenar las variables del programa arquitectónico.

• Pintoresquismo: tal vez el exceso de consentimiento con la actividad humana puede convertirse en una arquitectura pintoresca, lo cual no es la idea.


Entonces, el objetivo principal que Venturi quizo exponer es que debe haber un equilibrio correcto entre la comprensión de la complejidad del programa y el desarrollo de la parte estética del edificio.


En el año de 1964, dos años antes a la publicación del libro, la casa Vanna Venturi, vivienda que el arquitecto diseño y construyó para su madre, fue inaugurada. Es considerada la primera obra Post-modernista, y es una clara muestra donde la complejidad y la contradicción se encuentran: Es una casa que evoca al refugio a dos aguas, partida y simétrica en volumen, pero unificada en el interior, y con vanos distintos en el exterior. Una casa donde se exageran elementos, como la chimenea, y hay algunos absurdos pero contundentes como la escalera que conduce a ningún lugar. La casa, a pesar de su pequeño tamaño, su complejo ensamblaje, de la yuxtaposición de volúmenes presente, de la complejidad y contradicción presentes, no deja de ser funcional, simple, y con elementos pintorescos. En ella, claramente Venturi demuestra que más no es menos.

Secciones de la casa Vanna Venturi, Robert Venturi

Hoy por hoy, los arquitectos contemporáneos, están en camino de entender la complejidad, para simplificarla correctamente; se tiene la conciencia de que “No hay nada peor que responder bien la pregunta equivocada” [7], tanto en el ámbito programático, como formal.


La vida humana –en consecuencia el programa arquitectónico- es difícil de entender, pero tenemos que aprender a simplificarlo; la simplificación no es la reducción del contenido, es necesario dejar de tratar de descifrar cuál sigue a cual, si forma o función.


El deseo de una arquitectura compleja en su forma es una banalidad, la manera de hacer que la arquitectura necesita ser reexaminada. La simplificación no debe ser solo en forma; debemos entender la complejidad de nuestros problemas funcionales, los problemas son únicos en nuestro tiempo, o en el tiempo, pero creo que la arquitectura debe ser atemporal, o debe ser adaptable en el tiempo, es necesario tener un contraste entre los medios y el objetivo del programa.


Al igual que la arquitectura, las personas cambian con el tiempo y en el tiempo, por lo tanto, no hay razón para que la arquitectura sea simple, tenemos que aprender a incluir los problemas en lugar de excluirlos a causa de su complejidad, pero también tenemos que aprender a gestionarlos para entender cuales de ellos prevalecerán en el tiempo, y cuales de ellos puede integrarse en un programa flexible, después de todos los mejores edificios en la historia de la arquitectura han albergado diferentes programas a lo largo de su existencia.


Bibliografía:


[1]VENTURI, Robert (1966) “Complexity and Contradiction in Architecture”, New York, The Museum of Modern Art.

[1]Idem

[3]Idem

[4]RUDOLPH, Paul (1961) “In Perspecta 7”, New Haven , The Yale Architectural Journal

[5]INGELS, Bjarke (2009) “Yes is more”, Copenhagen, Danish Architecture Centre

[6]LE CORBUSIER (1927) “Towards a New Architecture” London, The architectural Press

[7]ARAVENA, Alejandro (2014) “My architectural philosophy? Bring the community into the process”, TEDGlobal

https://www.ted.com/talks/alejandro_aravena_my_architectural_philosophy_bring_the_community_into_the_process/transcript?language=es


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